Manuel y Lucio son amigos, pero tienen un vínculo conflictivo: constantemente, Lucio se burla de Manuel y lo considera un cagón. Una madrugada, Lucio propone un desafío para que Manuel demuestre su valentía: arrojarle bolas de papel mojado a los autos que pasan desde la terraza, sin despertar al padre de Lucio que duerme. Cuando un auto frena violentamente y se baja una pareja que busca al culpable, la situación amenaza con irse de las manos y volverse peligrosa.